domingo, 2 de agosto de 2009

Tropas del Espacio

En una tibia tarde de domingo invernal, que mejor que disfrutar de un clásico de la ciencia ficción basura, Starship Troopers (1997, Paul Verhoeven).
Si digo basura, no es porque la encuentre mala, mala, sino porque es un pastiche entretenido y no muy profundo acerca de la militarización de una sociedad, mezclados con guiños pop a todo lo que a un adolescente le puede gustar.
Chicas lindas (¿no hay mujeres feas en el futuro?), viajes intelestelares en cuestión de minutos, un instructor militar de antología (ya se lo quisieran en Peloton), explosiones, balas, poderes psiquicos, bichos grandes, feos y muy, muy voraces.


Ahi te quiero ver Foxley.
"Mediiiic!"

Nada muy diferente a lo que Don Paul nos tenía acostumbrados.
Aunque bajo esa superficialidad de comic ochentero, atisbos de una sociedad totalitaria se deslizan entre la trama. Los personajes, chicos de la clase media-alta de Buenos Aires (SI, los protagonistas SON argentinos), pertenecientes a un mundo donde se habla inglés como idioma principal, donde hay un Gobierno Mundial, y los que tienen derecho a votar son quienes están dispuestos a arriesgar el pellejo por el status-quo.

En resumen, totalitarismo disfrazado de paz.
Por otro lado, la amenaza arácnida se nos presenta con todo el mundo de colores de los villanos Disney. Son feos, y malos.
Eso justifica masacrarlos y mirarlos en menos, incluso aunque su planeta quede a cientos de años luz de la Tierra.


"For our safety, Klendathu must be eliminated"

La habilidad de Verhoeven es mostrar todo esto a través de la propaganda que se muestra en esta sociedad, de forma de viñetas inofensivas y hasta ridículas (como escolares jugando con las armas que unos soldados les muestran en una plaza publica, y pisoteando insectos como forma de "hacer patria"), pero que grafican la mentalidad de una sociedad completamente vuelta hacia si misma, sin considerar la existencia de otros afuera.

Fascismo puro e instrumentalizado.

Para los que no quieran latearse, pueden ver a Denise Richards cuando no era famosa (en esa epoca, se habia vuelto inolvidable para mi luego de un capítulo de Melrose Place, donde hacía el papel de una modelo muy joven, rica y perra, pero que nunca volvió a aparecer).
Sale Doggie Howser como el sabihondo del equipo, Jake Busey y sus grandes dientes (hijo de Gary Busey, eterno malvado de peliculas ochenteras), y una aparición muy pequeña de Amy Smart, mucho antes del Efecto Mariposa.

En fin, una lástima que Titanic le quitara el Oscar a Mejores efectos Visuales, porque los muchachos se las mandaron, y no contaron con el presupuesto titánico (valga la rebuznancia) del barquito de James Cameron.

Espectacular para aniquilar una tarde aburrida, y ver lo que sería lo más cercano a un live action de Starcraft.

PD. no he leído la novela de Robert Heinlein, asi que si alguien sabe de donde la puedo bajar, en español, se lo agradecería enormemente.